Una de las palabras que más se escucha en el ámbito funerario es el responso fúnebre. Seguramente te suene, pero no sepas su significado ni de qué se trata este término, eso es lo que vamos a desarrollar en esta entrada del blog.
Intentaremos profundizar en esta palabra relacionada con las funerarias, siempre respetando sus orígenes y de una manera sencilla, hoy en Floristería Jericó vamos a contarte quién puede hacerlo, cómo se hace adecuadamente, dónde y como siempre hacemos, algunas recomendaciones para el responso.
Definición de responso funerario
La palabra responso funerario tiene su origen en el latino “responsum”, que significa respuesta. Desde hace miles de años en la religión católica, se entiende por responso fúnebre a la oración que se dedica al difunto en el momento que se encuentra en el velatorio y se procederá a su entierro o cremación.
Esta es la oración de despedida y se pretende acompañar a los amigos, consolar a familiares y personas que han formado parte de la vida del difunto.
¿Quién puede hacer el responso?
Esta oración debe hacerse por sacerdotes católicos, diáconos que hayan sido mandados por la Iglesia o ministros que hayan sido ordenados por la autoridad eclesiástica.
En caso de que ninguno de los anteriores pueda, el responso se puede hacer por un laico, aunque no pueden transmitir oraciones canónicas, pueden dedicar unas palabras al difunto, siempre desde el respeto. En estos momentos tan difíciles es muy habitual que los más allegados al difunto quieran expresar unas palabras y compartir recuerdos con el difunto que se ha ido.
¿Cómo se hace el responso?
Siempre bajo la Fe cristiana, se puede realizar comenzando por una oración junto con el Santo Rosario y continuando por la “Liturgia de las horas”, también conocida como “oficio de difuntos”.
En cuanto a la Liturgia de las horas, se deben seguir los siguientes pasos:
- Santiguarse con la señal de la cruz
- Monición: introducir el acto con un pequeño texto.
- Oración colecta: oración que realiza el sacerdote o persona que lleve a cabo el responso, en nombre de la comunidad cristiana.
- Lectura de la Palabra de Dios: en esta parte de la oración, que puede ser leída por el representante de la Iglesia o por algún familiar del ser querido, se leen mensajes bíblicos.
- Oración de los fieles: también se conoce como oración universal, y es cuando, por ejemplo el sacerdote pronuncia una frase y los fieles contestan: “Cristo, ten piedad”, responden “te rogamos óyenos”.
- Responso final: es la última parte del responso funerario, donde se habla del fallecido de una manera más personal, dando gracias por las buenas obras que ha hecho en vida, el amor que ha repartido y el que se lleva y finalmente el amor que deja a todos los allegados.
Donde realizar un responso
No es lo mismo el responso fúnebre que la misa oficial del fallecimiento. Este acto se puede realizar en diferentes situaciones, como la casa de algún familiar, el velatorio o el entierro, siempre y cuando se tenga la aprobación de los familiares de ser querido.
Recomendaciones para el responso
En caso de que acudas a un responso, o acompañes a alguien en estos momentos, debes saber que:
- Si han elegido el velatorio o el momento del entierro para hacer el responso, debes tener en cuenta que normalmente el féretro se rodea de centros funerarios o ramos de flores. Es una forma de transmitir el cariño y respeto a esa persona que acaba de fallecer.
- Puedes transmitir algunas palabras para todos los que te han acompañado en estos momentos tan duros y te hayan dado el pésame.
- Recuerda que la tradición de regalar flores al difunto o familiares del difunto es una forma de despedirlo. Especialmente la corona funeraria, que expresa el ciclo de la vida y le acompañe hacia una nueva vida.